¿Cuántos tipos de implantes dentales existen? 

Los implantes dentales se clasifican según su ubicación, forma, material o protocolo quirúrgico. Los más comunes son los endoóseos, subperiósticos, cigomáticos y pterigoideos, dependiendo del caso. Además, pueden tener diferentes formas (tornillo, cilindro o lámina) y materiales (titanio o zirconio). En la práctica, se utilizan entre 4 y 6 tipos de implantes. 

Tipos de implantes dentales según su ubicación  

Uno de los criterios más relevantes para clasificar los implantes dentales es su ubicación en relación con el hueso. Esta clasificación influye directamente en la técnica quirúrgica, el tiempo de recuperación y las indicaciones clínicas de cada caso. 

Tipo de Implante Descripción Aplicación Ventajas 
Implantes Endoóseos Los implantes endoóseos se colocan directamente en el hueso maxilar o mandibular, actuando como raíces artificiales. Tienen forma de tornillo, cilindro o lámina perforada. Están fabricados generalmente en titanio. Se utilizan en pacientes con suficiente densidad ósea para soportar el implante. Alta estabilidad y durabilidad gracias a la osteointegración; solución estable para sustituir dientes perdidos. 
Implantes Subperiósticos Los implantes subperiósticos se colocan sobre el hueso de la mandíbula, debajo del tejido de las encías. Tienen una estructura metálica personalizada que soporta los pilares. Se usan en pacientes con insuficiente altura ósea y que no son candidatos a injertos óseos. Opciones viables para casos donde no se puede usar un implante endoóseo, especialmente en casos complejos. 

Implantes cigomáticos y pterigoideos: soluciones en casos extremos  

Los implantes cigomáticos y pterigoideos representan alternativas avanzadas cuando existe una pérdida ósea severa en el maxilar superior. 

  • Los implantes cigomáticos se fijan en el hueso cigomático (pómulo) y tienen longitudes mayores que los implantes convencionales, lo que permite anclarlos de forma segura sin necesidad de injertos. 
  • Por su parte, los implantes pterigoideos se insertan en las apófisis pterigoides, situadas detrás del maxilar, y están indicados cuando no hay suficiente hueso en la zona posterior del maxilar superior. 

Ambos tipos de implantes requieren una planificación quirúrgica precisa y están destinados a pacientes con reabsorción ósea avanzada

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Tipos de implantes dentales según su forma   

La forma del implante dental es un factor clave en su colocación, integración con el hueso y estabilidad a largo plazo. Actualmente, existen tres formas principales que agrupan la tipología de implantes dentales más comunes: tornillo, cilindro y lámina. A continuación, describimos cada una de ellas.  

Tipo de Implante Descripción Aplicación Ventajas 
Implantes con forma de tornillo Implantes roscados con una superficie en espiral que facilita su fijación al hueso. Hechos generalmente de titanio, favorecen una osteointegración rápida y segura. Son los más utilizados en la práctica clínica moderna para casos unitarios o múltiples. Alta estabilidad primaria, fijación inmediata al hueso, distribución uniforme de las fuerzas masticatorias. 
Implantes cilíndricos Implantes de forma tubular y lisa con perforaciones en su base para permitir que el hueso crezca en su interior. Se trata de implantes dentales sin tornillos que, al no tener rosca externa, pueden dificultar su fijación inicial.Se emplean en zonas con hueso compacto donde los implantes roscados no son viables. Aunque requieren un proceso de cicatrización más largo, pueden ser útiles en casos específicos de hueso denso. 
Implantes laminados Compuestos por láminas metálicas delgadas con perforaciones para la integración ósea, usados principalmente en pacientes con pérdida significativa de hueso alveolar. Se utilizan en casos con pérdida de hueso donde no se puede colocar un implante convencional sin injertos previos. Se adaptan bien a zonas estrechas y son útiles en casos donde la anatomía ósea impide el uso de implantes tradicionales. 

¿De qué materiales están hechos los implantes dentales? 

Uno de los aspectos más relevantes al elegir un tratamiento implantológico es conocer de qué material están hechos los implantes dentales, ya que esto influye directamente en su durabilidad, compatibilidad con el cuerpo y resultados estéticos. Hoy en día, los dos materiales más utilizados son el titanio y el zirconio, ambos con características particulares que los hacen adecuados para distintos tipos de pacientes y situaciones clínicas. 

Implantes dentales de titanio   

El titanio es, con diferencia, el material más utilizado en implantología. Se trata de un metal resistente, ligero y altamente biocompatible, lo que significa que el cuerpo humano lo acepta sin provocar reacciones adversas. Gracias a estas propiedades, los implantes dentales de titanio tienen una tasa de éxito muy alta y una excelente capacidad de integración con el hueso, proceso conocido como osteointegración

Ventajas del titanio: 

  • Excelente durabilidad: puede mantenerse funcional durante décadas. 
  • Compatible con todo tipo de estructuras óseas. 
  • Amplia variedad de sistemas y diseños disponibles. 
  • Menor riesgo de rechazo o infección. 

Además, este tipo de implantes permiten diferentes configuraciones internas y conexiones protésicas (interna, externa, anti-rotacionales), lo que facilita su adaptación a cada caso clínico. Es la opción más recomendada por los odontólogos y la que cuenta con más estudios a largo plazo. 

Implantes dentales de zirconio 

El zirconio es un material cerámico de color blanco que se ha popularizado en los últimos años como alternativa estética al titanio. Aunque su uso es menos frecuente, los implantes dentales de zirconio ofrecen una solución eficaz, especialmente en pacientes que presentan alergias al metal o que buscan una apariencia lo más natural posible en sus dientes. 

Principales beneficios del zirconio: 

  • Alta estética: al ser blanco, no se transparenta bajo la encía. 
  • Excelente biocompatibilidad. 
  • Menor adhesión de placa bacteriana, lo que favorece la salud periodontal. 
  • Ideal para personas con sensibilidad a los metales. 

A diferencia del titanio, el zirconio se integra al hueso a través de un proceso llamado biointegración, que se basa en una unión química directa entre implante y hueso. Aunque su resistencia mecánica es inferior, puede ser una muy buena opción en áreas visibles o en pacientes con altos requerimientos estéticos. 

Implantes dentales según el tiempo de colocación 

Además del tipo de implante y su material, es fundamental conocer cuándo se colocan los implantes dentales en relación con la extracción del diente y la rehabilitación definitiva. Esta clasificación responde tanto a criterios médicos como a las necesidades funcionales y estéticas del paciente. A continuación, se explican los tres protocolos más habituales, clasificados según su tiempo de colocación. 

Implantes dentales inmediatos 

Los implantes dentales inmediatos se colocan justo después de la extracción del diente, en la misma intervención quirúrgica. Es decir, se insertan en el alveolo post extracción, siempre que haya suficiente hueso y no exista infección activa en la zona. 

Este procedimiento tiene como principal ventaja reducir el número de intervenciones y acelerar el tratamiento, al aprovechar la anatomía natural del hueso. No obstante, no siempre es posible, ya que requiere condiciones muy específicas: 

  • Buen volumen óseo. 
  • Ausencia de infección. 
  • Estabilidad primaria del implante. 

Aunque no se coloque la corona definitiva en el momento, este tipo de tratamiento evita la pérdida de hueso y mejora el resultado estético a largo plazo. 

Implantes con carga inmediata 

Los implantes dentales diferidos, también conocidos como implantes en dos fases son el protocolo tradicional más utilizado en odontología. Se basa en colocar primero el implante en el hueso y, tras un periodo de cicatrización que puede durar entre 3 y 6 meses, se realiza la segunda fase en la que se coloca el pilar y la corona definitiva. 

Este método permite una osteointegración completa y segura, lo que reduce el riesgo de fracaso del implante y garantiza una base sólida para la rehabilitación protésica. Aunque requiere más tiempo y más visitas, es la opción indicada en muchos casos complejos o cuando no se puede asegurar una carga inmediata sin comprometer el resultado. 

Beneficios clave: 

  • Mayor previsibilidad del tratamiento. 
  • Adaptable a distintos tipos de hueso y anatomías. 
  • Elevada tasa de éxito clínico a largo plazo. 

Implantes dentales diferidos o en dos fases 

Los implantes dentales diferidos, también conocidos como implantes en dos fases, son el protocolo tradicional más utilizado en odontología. Se basa en colocar primero el implante en el hueso y, tras un periodo de cicatrización que puede durar entre 3 y 6 meses, se realiza la segunda fase en la que se coloca el pilar y la corona definitiva. 

Este método permite una osteointegración completa y segura, lo que reduce el riesgo de fracaso del implante y garantiza una base sólida para la rehabilitación protésica. Aunque requiere más tiempo y más visitas, es la opción indicada en muchos casos complejos o cuando no se puede asegurar una carga inmediata sin comprometer el resultado. 

Beneficios clave: 

  • Mayor previsibilidad del tratamiento. 
  • Adaptable a distintos tipos de hueso y anatomías. 
  • Elevada tasa de éxito clínico a largo plazo. 

Sistemas de sujeción: tipos de tornillos para implantes dentales 

Además de la forma y el material, los implantes dentales se diferencian también por su sistema de sujeción interna, es decir, por cómo se conecta la prótesis al cuerpo del implante. Existen distintos tipos de tornillos para implantes dentales, y cada uno cumple una función específica para garantizar la estabilidad, durabilidad y funcionalidad del tratamiento a largo plazo. 

Conexión externa vs conexión interna  

Las conexiones entre el implante y la prótesis pueden ser externas o internas, y esta elección influye en la resistencia mecánica y en el comportamiento del implante ante la carga masticatoria. 

  • Conexión externa: es el sistema más antiguo y consiste en una plataforma externa visible sobre la que se fija el pilar protésico. Aunque ha sido ampliamente utilizado, presenta un mayor riesgo de aflojamiento del tornillo con el tiempo debido a las fuerzas oclusales. 
  • Conexión interna: en este caso, el pilar se inserta dentro del implante, lo que mejora la estabilidad estructural y reduce el riesgo de micromovimientos o fracturas. Hoy en día, es el sistema más común, especialmente en implantes de última generación. 

Ambas opciones pueden ser válidas dependiendo del diseño del implante y de la experiencia del profesional, pero la conexión interna ofrece una mayor protección frente al desgaste mecánico. 

Tornillos de fijación: ¿qué función cumplen? 

Los tornillos de fijación son elementos fundamentales que aseguran la unión entre el implante y el pilar protésico. Su función no es solo mantener la estructura unida, sino también permitir que pueda soportar la presión generada durante la masticación, el habla y otros movimientos funcionales. 

Funciones principales del tornillo en un implante dental: 

  • Fijar el pilar al cuerpo del implante. 
  • Permitir el desmontaje de la prótesis para revisiones o ajustes. 
  • Absorber parte del estrés mecánico y distribuirlo hacia el hueso. 
  • Prevenir el aflojamiento o fractura con el uso prolongado. 

Un diseño adecuado del tornillo y su conexión puede marcar la diferencia entre un tratamiento exitoso y uno con complicaciones a medio plazo. Por eso, su elección no debe subestimarse. 

¿Qué tipo de implante es mejor?  

La elección del implante dental adecuado no depende solo del tipo o del material, sino de un análisis detallado de cada caso clínico.  

Cantidad y calidad del hueso 

Uno de los criterios más importantes para planificar la colocación de un implante es la disponibilidad de hueso en la zona a tratar.  

Consideraciones clave: 

  • En casos de pérdida ósea avanzada, puede ser necesario un injerto o el uso de implantes especiales (como cigomáticos). 
  • Un hueso de buena calidad mejora la osteointegración y la estabilidad primaria. 
  • Las pruebas de diagnóstico por imagen (TAC, escáner 3D) permiten medir con precisión el volumen óseo disponible. 

Salud general y salud bucodental 

El estado de salud del paciente también influye significativamente en el éxito del tratamiento con implantes dentales. Enfermedades crónicas, tratamientos médicos o infecciones periodontales pueden afectar la capacidad del cuerpo para integrar el implante de forma correcta. 

Aspectos a tener en cuenta: 

  • Enfermedades sistémicas como diabetes o problemas inmunológicos. 
  • Hábitos perjudiciales como el tabaquismo. 
  • Presencia de enfermedad periodontal activa. 
  • Higiene oral del paciente y compromiso con los cuidados posteriores. 

Antes de iniciar el tratamiento, el profesional evaluará estos factores para asegurar que existen las condiciones adecuadas para una colocación segura y duradera. 

Estética y preferencias personales 

Aunque la función es primordial, muchos pacientes también valoran el resultado estético del implante dental, especialmente cuando se trata de piezas visibles. En estos casos, factores como el color del material, la forma de la corona o el diseño del cuello del implante adquieren un peso importante en la decisión final. 

Algunas personas, por ejemplo, prefieren los implantes de zirconio por su color blanco y aspecto más natural, mientras que otras priorizan la resistencia del titanio. También se pueden considerar aspectos como la rapidez del tratamiento (carga inmediata), la mínima visibilidad de la estructura metálica o la facilidad para mantener la higiene.